sábado, 18 de junio de 2011

Bartleby, el escribiente

Hay veces en que preferirías no hacerlo. Levantarte de la cama para ir al trabajo, por ejemplo. Hervir el agua para preparar el desayuno. Terminar de leer esa novela inacabable que se resiste a regresar a la estantería. Terminar de escribir esa novela que no fluye tan fácilmente de tu pluma. Postear, por ejemplo.

Pero lo haces.

Lo haces porque no te han enseñado otras opciones. Muchas veces, por costumbre. El resto de veces, por inercia y automatismo. Al final, nunca renuncias a nada. Vas al trabajo después de tomar el desayuno y, antes de partir, alistas el mamotreto en tu maleta para ir leyéndola en el carro.

Por tu parte, siempre estás dispuesto. Nunca optas por reducir las maravillosas miles de opciones que se ramifican en cada segundo de una vida a una sola: la de no hacerlo. Es que tampoco te has imaginado qué sería de ti si no lo hicieras, si renunciaras. Si por un día de tu existencia en el universo imprimieras tus actos con un NO.

"¿Que Melville inaugura con su "Bartleby" el inicio de una literatura de corte existencial?" Así quise iniciar una reseña que he preferido no hacer.

2 comentarios:

  1. Muy buen post. También he leído la obra y creo, sinceramente, que es un lujo poder decir "prefiriría no hacerlo". Bienaventurados aquellos :)

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